Sunday, March 11, 2007

ALUMNO DEL MES DE MARZO

NINES es nuestra alumna del mes. por su simpatía y constancia nos anima a los demás a seguir practicando YOGA.
Gracias Nines!. Aqui tenéis su inspiradora imágen y su testimonio:



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Hace tiempo que quería hacer yoga pero no conocía ningún sitio, cerca de casa, que me gustase.

Por casualidad descubrí “Yoga Studio” y, desde el primer día, percibí todo lo bueno que iba a aportar a mi vida este descubrimiento. Recuerdo que de las primeras sesiones salía como flotando y cuando me metía en la cama caía sofronizada. Estaba deseando que llegara el martes y jueves para sumergirme en ese espacio, un poco irreal y mágico, que nos crea Rafa. El resto de los días de la semana buscaba reproducir en casa esas mismas sensaciones.

Con el yoga he descubierto una “técnica” -agradable y amena- que me permite crear momentos que son sólo para mi (algo importante en este mundo tan alocado y ruidoso que tenemos): es mi tiempo y mi espacio, el que dedico a disfrutar de cada uno de los sentidos (el incienso, las velas, la música …). En esos momentos el mundo exterior no existe, no hay problemas ni agobios, sólo la búsqueda de la tranquilidad interior. Todo esto me ayuda a mantener una apuesta vital que hice hace mucho tiempo: “Ver siempre el lado positivo de las cosas”.

Además, el yoga te exige un esfuerzo físico considerable (en ocasiones resulta realmente duro) y te ayuda a desarrollar -junto a la musculatura- la paciencia, la disciplina y la concentración.

Junto a esto, creo que tan importante como la técnica es la habilidad o la maestría de la persona que la trasmite (he estado en otros sitios haciendo yoga y nada que ver con esto). Soy consciente de que hemos tenido mucha suerte al encontrar a Rafa. Mezcla perfectamente el buen hacer con la simpatía y las bromas.

Por eso, sólo me queda decir: Gracias Rafa por cruzarte en mi camino.

EL RINON Y LA VEJIGA

yoga studio








Nuestra salud y los ciclos naturales
Invierno
Por Isabel Morillo

Según el sistema chino de los cinco elementos al invierno le corresponde el elemento agua, los órganos del cuerpo relacionados con elemento agua y con la estación de invierno son la vejiga y los riñones que controlan la circulación. Esto se manifiesta externamente en el brillo de nuestros ojos.
Un desequilibrio en el meridiano del riñón o de la vejiga puede experimentarse como falta de energía y vitalidad.

Los meridianos son los canales a través de los cuales fluye la energía vital, ya través de unos sencillos ejercicios de yoga podemos actuar sobre ellos mediante masajes, presiones y estiramientos.

Meridiano de la vejiga

El meridiano de la vejiga comienza en el ángulo interno de los ojos, recorre el cráneo y baja paralelo la columna, pasa por la mitad de los glúteos, muslos y pantorrillas y termina en el ángulo externo de la uña del dedo meñique de los pies. El meridiano de la vejiga rige la espalda, el cuello, los glúteos, las piernas y la mitad externa del pie, también tiene puntos que se comunican con todos los órganos internos. La vejiga desde un punto de vista funcional se encarga de almacenar y expulsar la orina. En este meridiano acumulamos muchas tensiones físicas y emocionales que se traducen en dolores y rigidez en el cuello o en la espalda. La vejiga es la sede de las emociones, cuando no funciona correctamente, el resto del sistema se resiente. Para mantener fluida la energía de este meridiano es conveniente practicar ejercicios de estiramientos y aprender a expresar libremente las emociones.

Ejercicios de yoga para estimular el meridiano de la vejiga

Postura de extensión sobre la pierna (1) y llevamos a planta del pie contra el muslo. Estirada y cambiamos de pierna.

Postura de la pinza (2) el tronco y hacia delante,llevando las manos hacia los tobillos o a las plantas de los pies. Mantenermos la concentración mental en la respiración o la sensación de estiramiento en músculos posteriores de las piernas. (Mantenemos la postura entre 60 y 90 segundos)

Nos extendemos unos segundos relajando todos los músculos. Repetimos. Postura de la pinza en variante con las piernas separadas (3) hacia delante, llevando las manos hacia los tobillos o la las plantas de los pies. Mantenemos la concentración mental en la respiración o en la sensación de estiramiento en músculos posteriores de las piernas.
(Mantenemos la postura entre 60 y 90 segundos)

Nos tendemos unos segundos relajando todos los músculos. Repetimos.

Meridiano del riñón

El meridiano del riñón comienza en las plantas de los pies, sube por las caras internas de las piernas, pasa por el pubis y cruza el abdomen cerca de la linea central y termina debajo de las clavículas. Los riñones gobiernan el almacenamiento de la fuerza de vida en los huesos y la mácula. Se considera que la fuerza de la voluntad reside en los riñones, también es la sede de las ambiciones, del deseo de hacer cosas en la vida.

Para estimular el meridiano del riñón podemos hacer la postura de la tortuga (4) las traemos hacia el cuerpo y nos inclinamos sobre ellas. Hacemos respiraciones profundas, llevando la atención mental al proceso respiratorio. repetimos.

NUESTROS ORGANOS, POR LA PROFESORA ROSA CASAL

yoga studio






Desde el enfoque macrobiótico que, esencialmente se basa en el equilibrio del Yin-Yang, la dimensión física, mental y emocional no se puede separar. La actitud, los pensamientos y sentimientos afectan directamente a la condición física y ésta afecta a los anteriores. Tampoco se pueden ignorar los hábitos de vida y el alimento diario.
Dentro de este capítulo, hay que considerar todo tipo de alimentos:

· Alimentos para el espíritu como puede ser, para empezar: el sentido de la vida.
· Alimentos para la mente: diferentes tipos de conocimiento e información.
· Alimentos para nuestras emociones y sentimientos: el amor, la amistad y las relaciones humanas en general.
· Alimentos sensoriales: el bienestar, la belleza, que a través de los sentidos nutre diferentes aspectos del ser.
· Alimentos para nutrir el cuerpo: la comida de cada día.

Podríamos fácilmente caer en la trampa de pensar que éste último es el menos
importante, pero no es así. Con lo que comemos fabricamos la sangre, la linfa, y todos los líquidos orgánicos que se encargan de nutrir la dimensión celular y también de mantenerla limpia, propiciando así su correcto funcionamiento y reproducción. Todos nuestros fluidos están influidos por nuestras emociones, y a su vez influyen poderosamente en ellas. Nuestras emociones afectan a nuestro psiquismo y a nuestra actitud ante la vida. Puede resultar imposible o muy difícil intentar cambiar el “mal carácter” de alguien, pero relativamente fácil indicarle lo que debe o no debe comer para eliminar el exceso de toxinas en el hígado. Es la forma más rápida, práctica y efectiva de cambiar las cosas, significa empezar por la raíz.

Cada órgano vital, además de cumplir con todas las funciones fisiológicas que ya conocemos, posee una dimensión sensorial, emocional, mental, social, ideológica y espiritual. Abordar lo físico y cambiar la condición de la sangre a través de una alimentación sana e inteligente es, sin duda, lo más sencillo y con ello estamos influyendo en toda la unidad del ser humano.

En la sociedad moderna no se establece relación alguna entre la forma de alimentarse y problemas de comportamiento o síntomas como:
· Pérdida de memoria
· Fatiga
· Hablar demasiado o nada en absoluto
· Falta de disciplina
· Ansiedad
· Tristeza
· Miedos
· Exceso de preocupación
· Comportamiento inestable
· Dependencia
· Quejas constantes
· Enfado e irritabilidad
· Colapso familiar

Pero todos estos síntomas nos indican qué órganos vitales, sin estar enfermos, están desequilibrados energéticamente.

Si no somos capaces de vivir en armonía con la vida que somos y la vida que nos rodea aparece el desequilibrio y esto conduce al desorden y luego a la enfermed
El primer síntoma que nos avisa de nuestros errores es la fatiga, tanto física como mental, que genera cansancio, pérdida gradual de un comportamiento y pensamiento claros y la tendencia a la queja.
El siguiente paso es el de los achaques y dolores físicos, sentimientos de tristeza, pérdida de la confianza en uno mismo, olvidos, obstinación y fijación en problemas insignificantes, perdiendo de vista lo esencial.
A continuación se altera la calidad de la sangre, se debilitan los glóbulos rojos y blancos, aparece la acidez y alteraciones en la tensión arterial, anemias y problemas de piel. Estos síntomas, muy frecuentemente vienen acompañados de nerviosismo, irritabilidad, depresión, miedo y pérdida general de dirección en la vida.
Si la calidad de la sangre sigue debilitándose y la persona no corrige su estilo de vida y su forma de alimentarse, surgirá la ira, la impaciencia, la intolerancia, la frustración, pensamientos y creencias ilusorias, y otros desequilibrios emocionales.
Aquí ya puede aparecer la enfermedad en forma de disfunciones o cambios estructurales o celulares que afecten a órganos internos o glándulas. En la dimensión psíquica los síntomas son la obstinación, la preocupación crónica, el comportamiento egocéntrico, mentalidad estrecha, una visión muy rígida de la vida e incapacidad para vivir el momento presente.
Diversos desórdenes nerviosos pueden surgir de esta tendencia degenerativa, como pérdida de coordinación, parálisis parcial o total y otras condiciones músculo-esqueléticas. Mentalmente se traduce en una visión muy negativa de la vida, pérdida de autodisciplina, comportamientos y pensamientos caóticos y tendencias autodestructivas.
Finalmente aparece la peor enfermedad en el ser humano: la arrogancia, el egoísmo y la vanidad. La persona siente que el mundo está en contra de ella y que sus enfermedades, síntomas o dificultades están totalmente desconectadas de su estilo de vida, comportamiento y dieta.

El cerebro guarda una estrecha relación con los intestinos, no solamente desde el punto de vista estructural: ambos tienen muchos repliegues y recovecos que les permiten procesar una enorme actividad funcional a pesar del pequeño espacio que ocupan. Mientras los intestinos procesan el alimento físico, el cerebro procesa el alimento mental en forma de impulsos y vibraciones. Los problemas intestinales se reflejan a menudo en la toma de conciencia y por supuesto también sucede a la inversa. Por ejemplo el estreñimiento da lugar al pensamiento de frustración y a la incapacidad para concluir las tareas empezadas, y cerrar así los diferentes ciclos de la vida. Así, las diarreas pueden venir acompañadas de una necesidad compulsiva de hablar sin parar y una incapacidad de seleccionar correctamente lo que queremos y lo que no.

“Somos lo que comemos”, es mucho más que una frase famosa e incluso interesante, es cierto.

En la medicina energética y de una manera muy especial en la macrobiótica que utiliza la comida como única medicina, la cocina se convierte en una verdadera alquimia donde se equilibran el yin y el yang para crear un terreno de salud y bienestar.

Pondremos sólo dos ejemplos de yin-yang extremos en los alimentos para asomarnos mínimamente a sus resultados.

Yin. Los alimentos expansivos como el azúcar y otros alimentos yin extremos abonan y favorecen los desequilibrios emocionales y mentales. Los microorganismos de los intestinos son los responsables de sintetizar las vitaminas del grupo B, que son transportadas al cerebro en forma de ácido glutámico y estimulan los centros nerviosos que influyen en el desarrollo de la conciencia humana. Los azúcares simples impiden este proceso, expandiendo los tejidos neuronales y provocando pérdida de atención, concentración y pensamiento claro.
Actualmente, desde la infancia hay un desequilibrio en los niveles de azúcar en sangre que conduce a la depresión y la ansiedad y que lentamente impide reconocer la realidad tal cual es, y no como nos gustaría que fuese.

Yang. Los alimentos muy contractivos también producen alteraciones emocionales y mentales. La persona se vuelve muy absorbente, posesiva, celosa y al mismo tiempo desarrolla muchos sentimientos de culpa.

La vida no siempre es amable y todos sabemos de las dificultades, el dolor y la infelicidad, pero algunos viven el dolor cuando toca y luego vuelven a ser felices agradeciendo a la vida “sus favores”, mientras que otras permanecen atadas a sus viejos recuerdos, que reviven constantemente.

Esta actitud viene alimentada por productos muy yang (contractivos), como demasiado pan y horneados, productos animales, huevos, aves de corral, sal, etc... Estos alimentos contraen y endurecen el cerebro, los centros nerviosos y los chakras impidiendo que los recuerdos sean liberados.

Dada la naturaleza energética de cada órgano vital, los alimentos extremos yin-yang suelen crear desequilibrios más o menos importantes dependiendo de la cantidad que se ingiera , de la persona, su condición, edad, sexo, ocupación y carácter.

- El mal genio, el enfado, la agresividad son “enfermedades del hígado”. Cuando el hígado está “energéticamente sano” se asocia con la calma, la paciencia y la tolerancia.
- La histeria, excitación, hipersensibilidad, nerviosismo, hablar sin parar o emplear la ironía con demasiada frecuencia apuntan al corazón e intestino delgado. En situaciones de equilibrio de ésos órganos brota la tranquilidad, la calma y una expresión divertida, con “chispa”.
- La ansiedad, la duda, el escepticismo y los celos, son desequilibrios del bazo, el estómago y el páncreas. En condiciones saludables estos órganos favorecen la simpatía, la sabiduría la inteligencia y el entendimiento.
- Exceso de autoridad y dominio sobre los demás, dificultad para comunicarse adecuadamente y compartir los espacios con los demás, pensamientos repetitivos e ideas obsesivas, apegos y fijaciones son desequilibrios del pulmón y el intestino grueso. En armonía estos órganos fomentan la flexibilidad necesaria para el proceso de transformación en el ser humano
- El miedo, la falta de autoestima, la timidez, la desesperanza se relacionan con desequilibrios de riñón o disfunciones en la vejiga. Cuando estos órganos están bien aparece el valor, la inspiración y la confianza.

El prejuicio, la discriminación, el odio y la violencia son distintivos de estos tiempos modernos y se abordan como problemas sociales o culturales.

Desde la perspectiva macrobiótica y la cocina curativa, todos estos síntomas no se pueden separar de la salud física mental y emocional, y surgen de un estilo de vida totalmente desequilibrado, que incluye una forma de comer desequilibrada. Podríamos decir sin miedo a equivocarnos que la causa básica del prejuicio y el odio es el endurecimiento de las arterias (arteroesclerosis), lo que contribuye a una visión estrecha y limitada de la vida. Igual que la sangre cada vez tiene más cerrados sus canales, más estrecha es la visión de la persona acerca de lo que le rodea.

Las enfermedades de corazón, como ya sabemos, van en cabeza en el aumento de enfermedades degenerativas en nuestra sociedad moderna y especialmente en los países “desarrollados”.

La carne, huevos, quesos, pescados y otros productos animales son la causa número uno del endurecimiento de las arterias, incluyendo aquellas que llevan la sangre al cerebro, nutriendo sus estructuras neuronales. También los alimentos ricos en grasas saturadas, el exceso de sal, los productos muy concentrados o contractivos, alimentos congelados, tostados o cocinados de forma muy yang contribuyen a este proceso.

Aunque el problema se acrecienta cuando, para compensar este exceso de productos yang, se acompañan con un exceso de alimentos muy yin, como el azúcar, leche, alcohol, bebidas industriales, helados y otros alimentos muy expansivos, que pueden disparar el yang acumulado de forma explosiva y totalmente caótica en forma de ira, odio o violencia.

Por su propia naturaleza energética los factores yang no provocarían violencia. Pueden conducir a la vileza, crueldad y otras condiciones muy negativas. Pero para liberar la energía yang acumulada se necesita del yin extremo: las drogas, el alcohol, el azúcar, la leche, son los principales productos que pueden disparar esta descarga metabólica.

La cocina curativa que practicamos en el enfoque macrobiótico es una llamada a una dieta más simple, más inteligente y más limpia que ayude a la persona a estar más sana en todos sus aspectos, pero no reduce su objetivo a la salud individual.

Michio Kushi, es la persona que más ha trabajado para enseñar los secretos del yin y del yang en cada alimento, acercándose a la mentalidad occidental con un Gran Propósito, al que nunca, los que tenemos la suerte de conocerle, le hemos visto renunciar: una Humanidad en Paz.

Mª Rosa Casal
Directora de Escuela de Vida
Consultora en Nutrición

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