Monday, July 24, 2006
MEDITACION Y HATHA YOGA
Mataji Indra Devi sostenía que “el Yoga es un arte y ciencia de vida que ayuda a desarrollar en forma armoniosa los aspectos físicos, mentales y espirituales, tomando al ser humano en forma integral. El Yoga no es una religión, es una filosofía de vida, nacida en la India hace miles de años y que, a través de su práctica, se restablece la Paz, la Salud y la Felicidad en el diario vivir”.
El Hatha Yoga, es el Yoga del bienestar físico, y es la rama más difundida de esta disciplina en Occidente. Consta principalmente de cuatro componentes esenciales: la respiración completa, las posturas o asanas, la relajación física y mental; y la meditación.
La respiración completa o profunda, es la base en la práctica del Yoga. La respiración es consciente, utilizando en su totalidad la capacidad pulmonar. Afectará no sólo el proceso de oxigenación del torrente sanguíneo sino que además beneficiará el funcionamiento general del organismo.
Las asanas, no son ejercicios, son posturas que se van asumiendo y deben mantenerse, acompañadas de la respiración completa, y de una actitud mental relajada y concentrada. Las posturas de Yoga tienen propiedades curativas, recuperativas y preventivas.
La relajación en forma consciente y dirigida, ayuda a recomponer el equilibrio energético en el cuerpo, aflojando y liberando las tensiones y contracturas que en el mismo se producen, como consecuencia natural de las presiones diarias.
La meditación, tiene por finalidad lograr la quietud y apaciguamiento de la mente. Meditar no es dejar vagar la mente en forma totalmente libre. Muy por el contrario meditar es tratar de centrarla en un punto. Para ello se pueden utilizar distintos instrumentos como mantras, u objetos externos concretos (la llama de una vela, una flor, una imagen, etc.), o internos semisutiles (la respiración, latidos del corazón, etc.), se logrará disminuir lentamente la emisión de pensamientos. A este objetivo se arribará a través de una práctica constante y bajo la guía de un instructor o maestro experimentado.
Desarrollo de la meditación
Una vez que se haya aprendido la concentración sin dificultad (con los ojos cerrados), su siguiente paso deberá ser el de contemplar la luz como un símbolo de lo eterno, y comenzar a pensar en eso. Después de unos cuantos días, o quizás semanas (lo que dependerá de su habilidad para concentrarse) ya no le será necesario tener una vela encendida para ver la luz en su imaginación, ya que tendrá la imagen simplemente con cerrar los ojos.
Ahora trate de imaginar que la luz está dentro de usted; colóquela mentalmente dentro de una flor de loto, introduciéndola entonces dentro de su propio corazón. Imagínesela colocada ante un altar en el interior del templo que representa su propio cuerpo. Déjela brillar en todo su esplendor, enviando sus rayos en todas direcciones, sobre todo ser humano con sensibilidad mental, para que pueda llevarles luz y energía.
Piense en sí mismo como el portador de la luz, el guardián del templo, y observe el resplandor en su corazón que se hace más y más brillante, llenando con la luz todo su ser. Observe cómo arroja lejos el sufrimiento y el dolor, reemplazándolos por la alegría, el amor y la felicidad. Báñese en esta luz. Deje que envuelva todo su ser.
Al llegar el día en que comprenda que la luz en su corazón y la luz eterna son la misma cosa, habrá logrado la unión con ella y sabrá que representa la verdad, y el amor .
Desde luego, no es absolutamente necesario que medite acerca de la llama de una vela. Podrá escoger lo que más le agrade, por ejemplo, el sol naciente o el ocaso. Pero si se decide por algo concreto para empezar, cuando esté avanzado en la meditación podrá elegir algo abstracto, como amor, bondad, etc., algo que sea positivo, bello, ennoblecedor, un tema de luz, no de oscuridad, algo que le sirva para su despertar y crecimiento espiritual.
Si usted prefiere meditar sin escoger una imagen concreta o abstracta, puede sentarse con los ojos cerrados. Haga algunas respiraciones profundas y exprese el mantra OM. Trate de vaciar su mente y luego acepte lo que se presente en la meditación. Puesto que la concentración y la meditación le proporcionan al hombre más poder interno, debemos estar siempre muy atentos para observar si se medita sobre la consecución de deseos destructivos o egoístas.
Debido a que en ocasiones no estamos seguros acerca de si un deseo sobre el que estamos centrándonos es egoísta o no, debemos decirnos siempre: "deseo esto solamente si es digno de mí". En otras palabras, debiéramos estar diciendo "hágase tu voluntad", en vez de sobreponer nuestro propio deseo al deseo más alto.
Mediante la meditación sobre la luz, el hombre puede alcanzar la armonía interior, la tranquilidad mental y esa felicidad interna que queda más allá de la simple descripción y fuera de la comprensión racional.
Hoy, el Yoga, se ha transformado en esta sociedad moderna en una herramienta válida, para mejorar la calidad de vida, enseñando a disfrutar de ella a través de una visión positiva y creativa de la misma.
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